¿Obsesionada o apasionada?

Para mí los últimos meses del año pasado fueron emocionalmente complicados, miraba que muchos de mis compañeros estaban 100%  seguros que querían hacer de sus vidas. Yo tenía una idea y sabía que era lo que quería, sin embargo había algo de duda en mi corazón y mente. Para no hacerles tan complicada ni larga la historia, cada vez que hablaba con mis papás me sentía con una mezcla de sentimientos (frustración, enojo, molestia, etc.) porque ellos querían que yo encontrará el motivo correcto por el cual quería hacer las cosas.

Nunca me presionaron para estudiar la carrera que ellos querían, ni para qué hiciera lo que ellos  habían pensado para mi vida.  Pero sí querían que hiciera cosas que realmente me apasionaran. Cada vez que ellos me hacían la pregunta “¿Por qué lo quieres hacer? ¿Cuál es la pasión que te mueve para hacerlo?” mi mente me mostraba un gran signo de interrogación e inclusive me molestaba el hecho que me retaran a pensar eso. Como me di cuenta que no encontraba los motivos correctos, me empecé a obsesionar con las cosas, con el fin que ellos vieran la “pasión” en mí.

Antes de seguir avanzando quiero hacerte dos preguntas:

¿Qué es pasión? Y ¿qué es obsesión?

Pasión es un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto; la podríamos definir como el motor que nos mueve para alcanzar lo que queremos. Es algo positivo.  Y obsesión se caracteriza en que nuestra mente se centra en algo o alguien en especial,  y domina todos los pensamientos para únicamente centrarse en eso. Es algo negativo. Y esto último era lo que justamente me estaba pasando.  

Empecé a investigar sobre lo que me interesaba con el fin de que ellos pudieran ver que si estaba sintiendo la pasión. Conforme fue pasando el tiempo, en vez de sentirme emocionada y apasionada por las cosas, me pasaba completamente lo contrario. A pesar de que sabía muchos acerca de lo que “me apasionaba” realmente nunca llegue a sentir un sentimiento correcto ello.  

Después de frustrarme, enojarme y preguntarle a Dios porque no encendía la pasión que los demás que querían ver y además yo también la quería sentir. Entendí que yo estaba actuando con el fin que ellos me vieran y no porque yo realmente lo quería. Y que la obsesión no era buena. Porque había confundido todo y esto me estaba llevando a no disfrutar las cosas.

Hoy quiero invitarte a que hagas una pausa en tu vida, y te preguntes ¿Estoy haciendo las cosas por pasión o por obsesión? Si en dado caso tu respuesta fue obsesión, te motivo para que busque la pasión. Pero no lo hagas para que los demás te vean, hazlo porque tu estas comprometido contigo mismo.  El mejor consejo que te puedo dar, es que te acerques a Dios y dejes que él te ayude a encontrarla.

¡Que Dios te bendiga!