Una nueva oportunidad

No sé si tú eres como yo, pero, en muchas ocasiones me he perdido la oportunidad de gozar mi día por UN mal evento que sucedió, uno solo. Sin pudiéramos te contaría muchas anécdotas (nada agradables) en donde he perdido el control y he dejado que estás malas situaciones arruinen por completo mi día, mi momento.

Hay días que parece que todo va color de rosa, las cosas que tenemos que hacer están saliendo súper bien, todo a nuestro alrededor se mira como que sí las cosas estuvieran a nuestro favor, pero, en medio de todo eso algo (por muy pequeño que sea) nos cambia la perspectiva de nuestro día. Pinchamos la llanta del carro, las llaves las dejamos dentro, manchamos nuestra camisa, rompimos nuestro celular, recibimos un mensaje inesperado, etc. Hay tantas cosas que pueden “dañar” nuestro día. Es allí donde pensamos que este día simplemente no tiene reparación. Nosotros mismos autonombramos a esas 24 horas, un “mal día”.

Leyendo el libro “Cada día merece una oportunidad” de Max Lucado, entendí que TODOS los días merecen una oportunidad para ser un buen día, aún cuando estos no lo parezcan a simple vista.

En Salmos 118: 24 NTV, David escribió «Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.» ¡Oh, wow! Qué fácil es alegrarnos cuando todo marcha bien ¿no? Pero ¿Qué pasa cuando no marcha todo como nosotros queremos?

Al estudiar este versículo entendí dos cosas:

1. «Este es el día que hizo el Señor» La palabra este se aplica a cada uno de los días que nosotros vivimos. Ósea que… Todos los días, inclusive los “días grises” son hechos por el Señor. Él previamente los planificó y diseño para que nosotros los viviéramos. Todo lo que iba a suceder en estas 24 horas, él ya lo sabía. Lo mejor de todo es que, todo está bajo su control.

2. «Nos gozaremos y alegraremos en él.» Un cambio de perspectiva. Las palabras en él hacen referencia al día en sí. Significa que, al momento de darle una oportunidad al día, nos estamos dando una oportunidad a nosotros mismo de confiar y aprender más, de disfrutar los procesos que estamos viviendo. Max Lucado dice que es decisión nuestra el querer verle la otra perspectiva al día, ya queramos o no él día va a terminar, pero nosotros podemos decidir la forma en la que este lo hará.

Algo muy importante es aprender a vivir cada día a la vez. Lo sé, se oye tan trillado; pero a la larga es cierto. Cada uno de los días que nosotros vivimos representan un regalo de 24 horas nunca vividas, 24 horas dispuestas para ser aprovechadas al máximo. Ayer ya pasó. Mañana todavía no ha pasado. Lo único que tenemos es hoy por eso aprendamos a vivirlo al máximo. 

Claro y va a ser obvio que algunos van a presentar más retos que otros, la solución es CONSULTAR A JESÚS. Esto encierra el vivir cada día saturado de su gracia (Lucas 23:43), encomendarnos a su cuidado (Lucas 11:3) y aceptar su dirección (Lucas 9:23).

Ánimo amigo mío, si hoy no fue el mejor día te invito para que puedas llegar con Jesús y pedirle de su ayuda para continuar, recordando que cada día es un regalo y que agarrados de su mano podemos cambiarle la perspectiva.

Te mando un abrazo y espero que esta entrada haya sido de bendición.

-        - Tu amiga, Mafer Jordán.