Él y yo
- Mafer Jordan
- 3 jun 2019
- 3 Min. de lectura
En las últimas semanas he estado siendo confrontada con un pensamiento: ¿Qué es la adoración? Ya que los cristianos, en su mayoría, hemos limitado esta palabra a pensar que es un estilo musical. Creemos que son canciones tranquilas, románticas, con letras dulces y hermosas que están dirigidas a Dios. Investigando un poco la palabra de Dios, me he dado cuenta que Dios es dueño de todo. A él le pertenece la gloria, la honra, el poder, el oro, la plata, la adoración, entre otros. Y si él es el dueño de todo, merece que nosotros le honremos. Entonces ¿Por qué nos limitamos solo a cantar?
El diccionario define adoración como reverenciar o rendir culto a un ser que se considera de naturaleza divina. Amar conextremo. Zach Neese habla de lo que es adoración en su libro “Cómo adorar al Rey”. Explica que adorar es servir por amor, atribuir valor, y hacer sacrificio por Dios.
Hay veces que pensamos, que solo podemos adorar en la iglesia o en un grupo religioso pero déjame decirte que no es así, comprendí que puedo tener acceso a su presencia donde quiera que yo este. En hebreos 4:16 dice: acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Eso significa que podemos ir delante de él cuando queramos.
En varias ocasiones he oído decir de los pastores, ministros de alabanza y líderes que debemos de buscar la presencia Dios. Siéndote sincera yo no le ponía mucha importancia a eso, porque me a mí me parecía muy tedioso el hecho de cantar muchas canciones lentas y no sentir que nada estuviera pasando.
En los últimos meses le he tomado valor a todas esas palabras. Empecé a buscar a Dios sinceramente. Y aprendí que no hay mejor lugar que estar en su presencia. Al principio me sentía incomoda porque yo pensaba que tenía que estar diciendo muchas cosas para que Dios se agradara de mí adoración. Al pasar del tiempo, comprendí que no era así. Que lo que realmente importaba era con la honestidad con las que se las estuviera diciendo.
Y eso es precisamente a lo que me lleva a la primera cosa. ¿Con qué calidad le estoy ofreciendo mi adoración a Dios? Hubo ocasiones en las que yo me acercaba únicamente con peticiones como dame, guárdame, guíame; y pensado me recordé de este ejemplo, cuando un joven está enamorando a una chica, lo que él hace es decirle lo linda que es, lo bien que se viste, siempre está diciéndole las cosas bonitas, porque está tratando de conquistar su corazón. Pero qué pasaría si el solo se acercará para pedirle… mmmm… eso es lo fue lo que realmente me hizo click, al ver que yo solo me acerba a Dios a pedirle. Lo segundo que entendí es que Dios está en todo lugar, Él es omnipresente, y que yo no puedo huir de su presencia según el salmo 139. Ahora que se esto, pensé, que rico es cuando yo voy voluntariamente a la presencia de Dios y aparto un momento para platicar con Él, a decirle cosas lindas, a rendir mi corazón con mis virtudes y con mis defectos. Desde que he estado llegado así con Dios han cambiado mis momentos a solas con él. Y he podido concluir que solo en su presencia hay totalidad de gozo, y que cuando me acerco con un corazón adorador lo encuentro a Él. Puede que pienses que soy cursi al hablar así, pero está es mi experiencia y lo único que puedo hacer es invitarte a que tú lo conozcas con su Dios personal.
¡Bendiciones!
Comentarios